©Rafael Victorio Ruiz
Carreteras de alto riesgo
Mucho hemos hablado y publicado sobre el estado desastroso de las carreteras de la costa chiapaneca, muchas de ellas en proceso de rehabilitación desde hace varios años y son obras que nunca se terminan. Así está ocurriendo con la de Arriaga-Tapachula, la de Tapachula a Puerto Chiapas y el Libramiento de Tapachula-Tuxtla Chico, todas de alta importancia porque por ellas circulan a diario miles de unidades que transportan mercancías de importación y exportación. Sumado a ello, en iguales circunstancias están muchas carreteras secundarias y los denominados caminos saca-cosechas por la falta de atención de las autoridades.
En las vías de comunicación se nota la falta de interés del gobierno federal hacia la frontera sur del país y su desarrollo; esa situación se viene dando desde anteriores administraciones, incluso cuando el paso del huracán “Stan” el Presidente de la República era Vicente Fox Quesada y el gobernador Pablo Salazar Mendiguchía, la devastación fue severa en las regiones Costa, Soconusco, Sierra y Frailesca. Las carreteras y el ferrocarril fueron los que sufrieron mayores daños, tanto es que es hasta 14 años después que el tren está volviendo a operar transportando combustibles de Salina Cruz a Puerto Chiapas y con altos riesgos, porque las vías no han sido rehabilitadas en su totalidad, ya que en ese entonces no se incluyeron en los programas de reconstrucción.
Hace año y medio, el gobierno federal autorizó un contrato de concesión para la rehabilitación y mantenimiento de la carretera Costera entre Arriaga y Tapachula que a la fecha los trabajos no avanzan y se ha convertido en una de las vías más peligrosas. Circular por ella, por las noches se vuelve de alto riesgo porque solamente operan dos carriles de los cuatro y por ese motivo constantemente se registran accidentes que han dejado a decenas de personas fallecidas, lesionados y daños materiales multimillonarios. El consorcio APP responsable de la obra ni se inmuta ante las quejas e incluso, parece no importarle, porque el convenio firmado es con una duración de diez años.
Lo mismo está ocurriendo en la carretera Tapachula a Puerto Madero que tiene meses de haber sido levantada la carpeta asfáltica en varios tramos y no se ven avances, pero mientras tanto es una vida de alto riesgo para circular por ella, tomando en consideración que a diario llegan y salen cientos de camiones de carga que llevan productos para exportación hacia Puerto Chiapas o pipas de combustibles a la Terminal de Almacenamiento y Reparto de Petróleos Mexicanos.
Pero una situación peor se presenta en el Libramiento Sur de Tapachula-Tuxtla Chico, en donde tiene años que no le dan mantenimiento a un tramo de no más de diez kilómetros y por ahí pasa todo el transporte que lleva o trae mercancías de importación y exportación entre México y Centroamérica, aparte del turismo guatemalteco que visita a la frontera sur mexicana todos los fines de semana.
El secretario de Obras Públicas del Estado, César Julio de Coss Tovilla, tiene o debe de voltear los ojos hacia esta región de Chiapas, porque si bien los tramos carreteros en rehabilitación son federales, quienes sufren las consecuencias son los chiapanecos y el sector importador y exportador, porque las mercancías que se desplazaban en el transporte de carga también sufren daños por el pésimo estado de las vías de comunicación. Se trata además de una demanda que lleva meses y no se atiende. Cuando se habla de pretender impulsar el desarrollo de una región, necesariamente pasa por la infraestructura y las carreteras son prioritarias, pero en la costa chiapaneca parece no ser así y se les abandona.
Lamentable es que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) federal no cuente con un responsable en la entidad y eso hace que las cosas todavía se dificulten más y a nivel central, no se atienden las demandas de los sectores productivos y empresariales, haciendo que prevalezca el sentimiento de marginación hacia la frontera sur, una de las regiones que de acuerdo con especialistas debe impulsarse en su desarrollo ante las múltiples problemáticas que enfrenta, desde sociales hasta por el fenómeno migratorio que tampoco tiene visos de solución integral.
A escena
El Consejo Agropecuario Nacional empieza a mostrar su preocupación por la baja en los presupuestos del próximo año para la agricultura, ganadería y pesca, porque incluso varios programas tienden a desaparecer e incluso organismos de financiamientos quedarán en cero, como el caso de Financiera Nacional para el Desarrollo Agropecuario; el Fideicomiso Instituido en Relación con la Agricultura y Productividad; el Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural, con lo que de acuerdo con especialistas se reflejará en el encarecimiento del crédito, de las garantías y la cartera vencida; aparte de todo ello, las bajas presupuestales abarcan la comercialización, sanidad e inocuidad y los programas de concurrencia a las entidades federativas, así como la investigación e innovación, lo que consideran vendrá a afectar la producción y productividad, por tanto tampoco se podrá avanzar en la autosuficiencia alimentaria que ha promovido la actual administración federal, de tal manera que los organismos agropecuarios están pidiendo a los diputados federales y senadores que atiendan esa problemática, caso contrario los problemas en el campo mexicano se agudizarán y más en aquellas entidades en donde su economía depende en mucho de la agricultura y ganadería como el caso de Chiapas… Se dio a conocer que la Auditoría Superior del Estado entregó a la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado, 26 informes de revisiones de la Cuenta Pública del Estado y 90 de Ayuntamientos municipales referentes al 2018, pero no aclara si ha detectado irregularidades o los procedimientos iniciados en contra de aquellos funcionarios que le han metido mano a los presupuestos y no quede solamente en llenar el requisito de cumplir supuestamente con las metas programadas en materia de transparencia y rendición de cuentas… Hasta la próxima.
(iM-rcc)